Presenta: Carlos Ulises Mata
Buena parte de la crítica dedicada a la obra de Ibargüengoitia ha reiterado formulaciones y fórmulas que se han vuelto rutinarias y acarrean el riesgo de inventarle identidades que lo horrorizarían, al atribuirle propósitos morales, políticos y de transformación social que no tuvo. El efecto más lamentable de esa reiteración es el ocultamiento de su creencia en la autonomía de la literatura y la inadvertida condición de habitante de la torre de marfil que tuvo un único credo descreído, del que hablaremos: “Los libros sirven para escribirse y para leerse, pero nada más”.